Un trabajador de una residencia para personas con discapacidades psíquicas profundas ha sido condenado por pegar con un palo a uno de los usuarios. El cuidador propinó varios golpes en la espalda a la víctima, que padece un trastorno del espectro autista y tiene reconocida una gran discapacidad que le hace totalmente dependiente. El perjudicado sufrió lesiones leves de las que tardó dos semanas en recuperarse.